¿Por qué tiembla mi perro? Quizás sea ésta, una de las preguntas más frecuentes que se le realizan al veterinario en su consulta. El temblor, en numerosas ocasiones produce un elevado nivel de angustia en el propietario de la mascota, ya que este ve, que a pesar de sus intentos por calmar al animal u ofrecerle protección, el perro continúa con temblor.
La gravedad del temblor depende en gran medida de la causa subyacente que lo origina. Puede ser un temblor leve y localizado o por el contrario grave y generalizado. En ocasiones, este temblor o tremor dificulta que el animal pueda permanecer en estación, desplazarse o incluso comer. Por lo general, las lesiones que afectan al sistema nervioso central (SNC), sistema nervioso periférico (SNP) o el sistema musculoesquelético (por debilidad o dolor muscular), pueden provocar la aparición del temblor.
Antes de continuar comentando las causas del temblor, conviene definir el término. De este modo, podemos diferenciarlo de otros procesos que también producen movimientos involuntarios (convulsiones, miotonía, mioclonía, debilidad, tetania, sacudimientos o mioclonías reflejas) pero que no son lo mismo que el temblor propiamente dicho. El temblor es un movimiento involuntario, rítmico y regular de una parte localizada del cuerpo, o bien de tipo generalizado con afectación de todo el cuerpo. Esto se produce por la contracción y relajación alterna entre músculos agonistas y antagonistas. Se podría decir que es un movimiento rítmico, bifásico, constante, de misma amplitud y que se presenta durante el estado de vigilia. Este último dato aporta una gran ayuda a nuestro veterinario, ya que por lo general, los temblores se detienen durante el sueño, a diferencia de otros movimientos patológicos.
Causas por la que un perro tiembla
Diferentes son las causas que pueden propiciar la aparición del temblor. En algunos casos se puede deber al estado emocional del animal, mecanismos fisiológicos o alteraciones físicas derivadas de una enfermedad. A continuación mencionaremos algunos de los procesos más comúnmente asociados a la presentación del temblor.
A) Alteraciones del comportamiento que pueden derivar en temblor
Fobias o miedos:
Aquellos animales que desarrollan fobias o comportamientos temerosos hacía diferentes estímulos como puede ser el ruido (fuego artificiales, truenos, armas de fuego…), pueden presentar una conducta evasiva, pasiva o de evitación acompañada de aullidos, temblores, ladridos, rascado y eliminación inadecuada (orina y heces).
Excitación:
Algunos perros en estado de excitación elevado, por ejemplo cuando están jugando o cuando llega su propietario a casa, pueden experimentar temblores o incluso micción involuntaria.
Si bien el temblor puede aparecer debido al estado de excitación y una corrección del comportamiento puede eliminarlo, en otras ocasiones ya existe un temblor de base (el cual puede ser leve) producido por otras patologías y la excitación, al igual que el ejercicio intenso, lo que producen es agravamiento del estado tembloroso. En este caso, la modificación del comportamiento no suprimirá el temblor de base.
B) Temblores fisiológicos
La exposición a temperaturas extremas ya sea frio o calor (con la aparición de hipotermia e hipertermia), al igual que el ejercicio intenso/agotamiento, pueden provocar la aparición de temblores.
C) Temblores patológicos
Múltiples son las alteraciones patológicas que pueden producir en mayor o menor medida la aparición de temblor en nuestras mascotas. Algunas de estas afecciones son muy frecuentes en perros y otras extremadamente raras. La mayoría de las causas de tremor en perros adultos son tratables. En el caso de animales jóvenes que comienzan con temblor, algunas de las causas están relacionadas con trastornos genéticos (más frecuentes en determinadas razas) para los cuales no existe tratamiento.
A continuación, mencionaremos algunos de los muchos procesos que pueden producir un temblor patológico:
Hipocalcemia:
Niveles bajos de calcio en sangre puede producir temblor además de ataxia, tetania o convulsiones. Existen múltiples alteraciones que pueden producir hipocalcemia en nuestras mascotas (hipoparatiroidismo primario, lisis tumoral, pancreatitis aguda…). Por este motivo, debemos acudir al veterinario para que determine la causa de esta hipocalcemia y adopte el tratamiento más oportuno.
Hipoglucemia:
Si bien es cierto, que es más probable la aparición de estupor, letargo, debilidad, convulsiones o coma antes que temblor en un episodio de hipoglucemia, en ocasiones el temblor puede aparecer como signo de hipoglucemia en algunos animales. Esto puede suceder en cachorros de razas pequeñas o animales diabéticos con hipoglucemia.
Intoxicaciones:
Algunas intoxicaciones agudas por la exposición a sustancias dañinas para nuestras mascotas, pueden producir temblores. Normalmente, el temblor no será el único signo que presente el animal, sino que irá asociado a otras manifestaciones, como pueden ser, ataxia, incoordinación, debilidad, salivación, vómitos, diarreas…
Dependiendo del tóxico, el cuadro puede variar en cuanto a la manifestación de los signos se refiere. Dentro de los tóxicos que con mayor frecuencia pueden producir temblor en las mascotas, nos encontramos con: organofosforados, brometalina, hexaclorofeno, herbicidas y plantas tóxicas. El chocolate y la cafeína (son sustancias tóxicas para las mascotas) pueden producir temblor debido a la estimulación del sistema nervioso. Igualmente, la sobredosificación de algunos tratamientos puede producir temblor, como es el caso de la ivermectina.
Hipomielinización o desmielinización:
Determinadas razas de perros (chow chow, springer spaniel, weimaraner…) pueden sufrir de temblores por un desarrollo anormal o deficiente de la mielina. Los primeros temblores aparecen en cachorros de 3-12 semanas de edad y suelen estar afectados más de un miembro de la misma camada. Por este motivo, no se descarta que la causa subyacente pueda ser genética o estar relacionada con infecciones durante la gestación.
Los temblores empeoran con la excitación y el frío y suelen desaparecer durante el sueño. Los temblores pueden ser tan graves que impiden que el cachorro camine o se alimente adecuadamente. A pesar de no existir tratamiento para este padecimiento, algunos cachorros, con los cuidados oportunos (ayuda a la alimentación), mejoran a medida que se van haciendo mayores y pueden desarrollar una vida relativamente normal.
Síndrome del temblor generalizado en perros:
Conocido anteriormente como enfermedad temblorosa de los perros blancos (white shaker). Se le dio este nombre en un primer momento, debido a que las razas pequeñas (menores a 15Kg) y de capa blanca presentaban la mayoría de casos, por ejemplo el maltés. Sin embargo, es más apropiado utilizar la denominación actual de la enfermedad porque también afecta a perros con diferentes colores de capas como sucede con el pinscher miniatura. Los primeros síntomas suelen aparecer antes de los dos años. Comienza con un temblor generalizado que el dueño asocia al frio o la excitación. Posteriormente estos temblores se vuelven más intensos, lo que motiva que se solicite asistencia veterinaria por parte del dueño.
Temblor idiopático en perro geriátrico o tremor senil:
Es un tremor localizado en las extremidades pélvicas. Se da con cierta frecuencia en perros gerontes y acontece de manera intermitente o continua, especialmente cuando el animal permanece en pie, afectando a las patas traseras. La causa se desconoce y los temblores no se solucionan.
¿Qué podemos hacer como propietarios si nuestro perro tiembla?
Como hemos visto, existen múltiples enfermedades o causas que pueden derivar en la aparición de temblores en nuestras mascotas. Por este motivo, la actuación del propietario ante la aparición de temblor (salvo que sea un temblor fisiológico), sería la de consultar con su veterinario para que determine la enfermedad primaria subyacente. La mascota puede ser tratada de manera ambulatoria o necesitar hospitalización dependiendo de la causa del temblor.
El diagnóstico de la enfermedad que provoca el temblor, basándonos solo en signos clínicos es todo un reto para el clínico veterinario. En este sentido, la información facilitada por parte del propietario puede ser una herramienta muy útil. Sería importante conocer cómo ha sido el inicio del temblor, agudo o progresivo, cuándo es más evidente (podemos grabar un video), si aparece durante el sueño, si existen otros cachorros de la misma camada afectados, posibilidad de exposición a tóxicos o fármacos.
Además de la información prestada por el dueño, en ocasiones se precisa de pruebas complementarias por parte del veterinario para establecer un diagnóstico certero y por consiguiente el tratamiento más adecuado. Estas pruebas, dependiendo de las sospechas iniciales, pueden incluir: análisis de sangre y orina, paneles de tóxicos o enfermedades infecciosas, radiología, mielografía, epidurografía, TC e IRM.
Otro aspecto a tener en cuenta por parte del propietario, es que algunos animales afectados de temblor generalizado pueden sufrir pérdida de peso. En este sentido, un control del peso y un ajuste de la dieta puede ser necesario para compensar dicha pérdida.
REFERENCIAS
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SR Platt, NJ Olby. ‘Manual de Neurología en Pequeños Animales‘. Colección British Small Animal Veterinary Association (BSAVA). 2000.
HP Tilley, FWK Smith. ‘Blackwell’s La Consulta Veterinaria en 5 Minutos Canina y Felina‘. 2008
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