Perros de rescate y de asistencia: del Gran Barry al dulce Armstrong

No imaginas todas las vidas que han salvado estos héroes peludos.

Los medios se han hecho eco, durante estas semanas, de las importantes labores de los perros de rescate en los desastres naturales.

El terremoto que asoló algunas zonas de México, ha sacado a relucir la efectividad y la capacidad de trabajo de los perros de rescate. Su importancia es crucial en estos escenarios, porque gracia a su olfato ahorran muchísimo tiempo en la búsqueda de personas. Así maximizan las posibilidades de rescatarlas sanas y salvas.

En este enlace puedes ver un monográfico de imágenes que dedica el periódico internacional El País, a estos pequeños héroes.perro de rescate

Fuera de los grandes desastres, esa capacidad de rastreo también se utiliza, para la búsqueda de personas desaparecidas. En este sentido, aunque actualmente han tenido una gran relevancia mediática, el uso de los perros de rescate tiene muchos años de historia.

Barry, el legendario perro de rescate.

La raza de perros San Bernardo es, en sí misma, una raza de rescate. La tradición y el imaginario colectivo, han potenciado que la concibamos así.

Todos hemos visto en las películas cómo un gran perro San Bernardo, con su gran tamaño, sus ojos alicaídos, sus grandes belfos y su pelo característicamente manchado de marrón y negro, llega para asistir a las personas que quedan atrapadas en la nieve. Y en el retrato de este gran peludo amigable, aparece en el centro de su cuello un barril de pequeño tamaño. En él, brandi para supuestamente calentar al herido atrapado en la nieve.

perro de rescate san bernardo

Cuánto hay de verdad o de mentira en esta escena, quizá sea mucho de cada. Pero que esta raza ha tenido un uso como perro de rescate, está bien constatado.

Su principal labor se desarrolló hace unos 200 años, en el Hospicio de Gran San Bernardo, situado en el paso de montaña, del que toma el mismo nombre. A 2500 metros de altura, en medio de Los Alpes Suizos, era utilizado para viajar entre Suiza e Italia.

En esta época, cuando viajeros y mercaderes frecuentaban este paso, ejemplares de esta raza, gracias al uso de su olfato y de su gran cuerpo para moverse por la nieve y excavar en ella, salvaron muchas vidas. De hecho, existe un héroe histórico entre los perros de rescate, el legendario San Bernardo Barry der Menschenretter (1800–1814). Barry, este perro legendario, llegó a socorrer a unas 40 personas él solo, ayudado de un olfato privilegiado. Si no era capaz de auxiliar por sí mismo, buscaba la ayuda de los monjes que lo adiestraron. Se dice que su historia acabó cuando por error un soldado francés le clavó su bayoneta, en las inmediaciones del hospicio, al confundirlo con un lobo. No obstante, más allá de la leyenda, Barry tuvo un final feliz. Pudo retirarse a descansar tras una vida dedicada como perro de rescate, en la ciudad de Berna, donde murió con 14 años.

Barry, el legendario perro de rescate, tuvo una labor tan notable, que hoy en día cuenta con una sección propia en el Museo de Historia Natural de Berna. Además, posee un museo propio y ha inspirado cuadros, poemas, leyendas, historias escritas para niños y hasta alguna película.

perro rastreando en los alpes

Perros de asistencia

Pero no solo los perros de rescate merecen ser elogiados. Muchos perros actúan como héroes en su día a día y ni si quiera somos conscientes de ello.

En concreto, muchos son perros de trabajo, como los usados en la detección de explosivos o estupefacientes. Las unidades caninas de los diferentes cuerpos de seguridad salvan muchas vidas gracias a su labor.

Otra labor honorable de la que nos beneficiamos es el de ser perros de asistencia. Tradicionalmente, si pensamos en un perro de trabajo, típicamente podemos visualizar a una persona ciega con su perro lazarillo.

Este perro de asistencia está adiestrado para guiar a una persona con discapacidad visual, mejorando su autonomía y seguridad.

El uso de perros de asistencia también se ha generalizado con pacientes de otro tipo. En aquellos con discapacidad física, salvaguardan su integridad y son una prolongación de sus movimientos día a día.

Otro tipo de pacientes que se benefician del uso de estos perros son las personas con trastornos auditivos, en donde el perro se convierte en su oído. O los pacientes con trastorno del espectro autista, donde cuentan con una protección de su integridad física y con un estímulo vital importante, entre otros beneficios.

Perros de respuesta médica

También hay perros con otras funciones más novedosas, como son los perros de alerta, de respuesta médica o de aviso.

Estos perros se pueden adiestrar para que detecten con su olfato hipoglucemias (niveles de glucosa sanguínea más bajos de los límites normales), en pacientes con diabetes. Estos perros son útiles porque estos pacientes no perciben demasiado rápido que tienen hipoglucemia. Cuando están durmiendo, por ejemplo, las hipoglucemias en sí, pueden ser peligrosas. Los perros de alerta duermen con sus dueños y se despiertan, si detectan que éstos tienen la glucemia baja. Su capacidad de detección es altísima, lo que logra un grado de anticipación que es crucial. Su impacto en la calidad de vida de los pacientes ha quedado demostrada en un estudio reciente, aunque aún se debe avanzar en su desarrollo.

El mismo sistema empieza a utilizarse en pacientes con epilepsia, a los que los perros avisan antes de sufrir un nuevo ataque.

También existen perros que detectan algunos tipos de cáncer. En 2013, un estudio publicado en la prestigiosa revista BMJ Case Reports, describía un caso clínico en el que el perro de un paciente de 73 años, detectó una lesión asintomática de melanoma maligno (un tipo de cáncer de piel). El animal lamía incesantemente y sin aparente motivo la lesión, tras la oreja derecha de su dueño. Diversos estudios recientes ahondan en esta capacidad, y establecen el potencial que tienen los perros en la detección de cánceres de mama, de pulmón o de vejiga entre otros.

Los perros detectan moléculas volátiles relacionadas directamente con el cáncer, pudiendo diagnosticarlo precozmente, cuando apenas es detectable.

Perros de terapia asistida

Más allá de su olfato, los perros también ayudan con su sola presencia, con su cariño.

Estos perros son los perros de terapia asistida. En muchos hospitales pediátricos, cada vez más, se posibilita a los pacientes un momento de distracción y compañía incondicional, gracias a su intervención. Esto se ha extendido a otros tipos de centros, como residencias de la tercera edad, pisos tutelados, centros para personas con discapacidad y centros penitenciarios.

Con estas intervenciones se mejora la calidad de vida de estas personas que, por uno u otro motivo, necesitan de un poco más de cariño, de ese incondicional y desinteresado.

En la misma línea, otras estrategias más creativas se llevan a cabo en otros centros. El Hospital rey Juan Carlos, en Madrid, ha empezado a autorizar que los niños que estén ingresados puedan llevar a sus perros con ellos. Al menos un poco de tiempo a la semana

Esto parece que puede influir en la mejora de la salud de los pacientes, incluso reduciendo el tiempo de hospitalización.

Lograr que los perros se conviertan en perros de rescate o de asistencia no es nada fácil. Para llegar a ser fiables y efectivos, requieren muchas horas de trabajo y de entrenamiento desde su crianza. Esto requiere de entrada una socialización adecuada, además de otros aspectos. El papel de adiestradores especializados es indispensable, pero también el de mucha gente alrededor de este proceso, incluyendo sus propios dueños.

Teniendo en cuenta las nuevas labores que realizan estos pequeños, quién sabe si en un futuro veremos un museo dedicado a alguno de ellos. Quizá a Armstrong, el primer perro en detectar hipoglucemias, o quizá a Blat, como mejor detector precoz de cáncer de pulmón.

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