Al igual que vimos en el ciclo estral de la perra en entradas anteriores, la actividad reproductiva en gatas también está regulada por las hormonas sexuales. Estas hormonas son las que determinan los cambios anatomofisiológicos y de comportamiento que aseguran la producción de gametos femeninos, su fertilización y posterior desarrollo del feto.
En el ciclo reproductivo de la perra hicimos hincapié en los cambios físicos y de comportamiento, ya que estos son susceptibles de ser observados por los propietarios de las mascotas. En este sentido, cabe mencionar que los cambios físicos (a nivel externo) que experimenta la gata, en comparación con la perra, son insignificantes. La perra, tanto en el proestro como en el estro, muestra una vulva edematizada y con secreciones que cursan desde serosanguínolentas o hemorrágicas al comienzo, a densas y casi transparentes durante el diestro. Por el contrario, la vulva de la gata es relativamente insensible al estrógeno y apenas se produce un mínimo edema, el cual queda cubierto por el pelo. De este modo, pasa desapercibido para los dueños durante el proestro y estro.
Conviene recordar que, como en la perra, la determinación de la fase o estadio estral mediante los cambios en el comportamiento felino, no son del todo fiables. Para determinar de manera más precisa la fase del ciclo en la que se encuentra el animal, debemos acudir al veterinario. Mediante la medición de niveles hormonales y diferentes técnicas, el veterinario puede establecer de manera más acertada el momento del ciclo reproductivo en el que se encuentra la gata.
A diferencia del ciclo estral de la perra que tiene cuatro fases (proestro, estro, diestro y anestro), la gata experimenta una quinta fase que la diferencia. Esta quinta fase, se conoce como interestro. De este modo, el ciclo estral felino se divide en: proestro, estro e interestro y si sucede la ovulación inducida por la monta o de manera artificial, le prosiguen el diestro y finalmente el anestro.
Por regla general, la gata doméstica es poliéstrica estacional. Esto quiere decir que tiene varios estros o celos por temporadas (salvo que se interrumpa por gestación, pseudogestación o enfermedad). Esta época fértil suele coincidir con los días largos, comenzando uno o dos meses después del solsticio de invierno y finalizando pasado el solsticio de verano. Existen variaciones dependiendo de la raza y el área geográfica donde viva el animal (latitud).
Las razas de pelo largo suelen ser más sensibles al fotoperíodo que las razas de pelo corto. Un 90% de las gatas de pelo largo presentan inactividad estral (anestro) en invierno, frente a un 40% de pelo corto. También es cierto que aquellas gatas caseras (de interior), que se mantienen con más de 10 horas de luz artificial al día, pueden tener ciclos estrales y ser reproductivas durante todo el año.
Inicio de la pubertad en la gata
Se considera que el inicio de la pubertad en la gata domestica, acontece cuando alcanza el 80% de su peso adulto (de 2.3 a 3.2 Kg. dependiendo de la raza) y además ocurre en la estación adecuada del año (días largos). Esto suele suceder entre los 6 y 9 meses de edad. Los gatos callejeros alcanzan la madurez sexual antes que los gatos caseros y dentro de los gatos caseros aquellos de raza pura suelen ser sexualmente maduros más tarde que los mestizos.
Fases del celo
A) Proestro:
Es la fase en la que sucede una serie de cambios internos que preparan a la gata para la monta y posterior gestación. Todo esto regulado por la acción de los estrógenos y en un intervalo de tiempo muy corto. El proestro en gatas dura de 12 horas a 2 días. La corta duración de esta fase, unida a los casi inexistentes cambios externos, hace que el proestro sea difícil de diferenciar del estro. El proestro termina cuando la gata permite la monta.
Comportamiento: Durante este estadio los gatos son atraídos por la hembra pero ésta no permite la monta. En esta fase, comienzan a rozar su cabeza y cuello contra los objetos y a girar sobre su lomo. La postura de lordosis característica de la fase del estro, comienza también a manifestarse pero sin permitir la monta.
Signos clínicos: Como habíamos comentado al comienzo de esta entrada, apenas se produce un mínimo edema vulvar que pasa desapercibido al quedar oculto bajo el pelaje.
B) Estro:
Esta fase comienza cuando la gata permite la monta por parte del macho y finaliza cuando deja de ser receptiva o impide la monta. Es el periodo de tiempo de receptividad sexual por parte de la hembra. La duración media es de 7 días con intervalos que van desde los 6.5 a los 8 días. Las gatas son ovuladoras inducidas* y por norma general, tras 4 copulaciones o montas, se produce su ovulación. Al finalizar esta fase pueden ocurrir tres situaciones:
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No se induce la ovulación, por lo que la hembra entrará en interestro (duración media de 8 días) y posteriormente volverá a ciclar (nuevo celo).
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Se induce la ovulación pero el animal no quedó gestante. En este caso, la gata entraría en pseudogestación, con una duración media de 45 días.
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Se produce la cópula, queda gestante y entra en diestro. La duración de la gestación en la gata dura de 63 a 66 días.
Comportamiento: Se produce un cambio de comportamiento obvio durante esta fase. Algunas gatas pueden ser más afectuosas con sus dueños y otras, por el contrario, mostrarse más agresivas. Por lo general, se muestran más inquietas, orinan más frecuentemente, y aumentan las salidas o los intentos por fugarse de casa. A esto se le suma el aumento de las vocalizaciones, a modo de maullidos, ronroneos y sonidos similares a gemidos.
Se intensifica el roce de la cabeza y cuello contra los objetos, al igual que la fricción del lomo contra el suelo. Continúa mostrando la postura de lordosis (ver siguiente imagen) pero en esta ocasión, permite la monta por parte del macho. Dicha postura lo que hace, además de indicar que es receptiva, es facilitar la cópula. Consiste en apoyar sus patas delanteras en el suelo y estirar sus patas traseras de modo que su región perineal se eleva. Mientras esto ocurre, mantiene la cola a un lado.
C) Interestro:
Hemos visto que si la gata no ovulaba durante el estro, entraba en una fase llamada interestro, con una duración media de 8 días. Sin embargo, este intervalo en algunas gatas dura solo 2 días y en otras se prolonga hasta los 19 días. Es quizás el desconocimiento de esta peculiaridad del ciclo estral de la gata, lo que desconcierta en ocasiones a los dueños, ya que ven cómo su gata vuelve a entrar en celo en numerosas ocasiones. Cabe mencionar que, durante el estro, puede haberse producido la monta, pero esta no haber inducido la ovulación, por lo que la gata entrará igualmente en interestro y posteriormente volverá a estar en celo.
Comportamiento: Durante este tiempo la gata deja de producir atracción en los machos y el comportamiento del estro desaparece (no ronroneos, no revolcones ni maullidos).
D) Diestro:
Si durante el estro se produjo la inducción de la ovulación, la gata entraría en diestro. Esta fase está regulada por la acción de la progesterona y su duración dependerá de si la gata está gestante o con pseudogestación. Si está gestante, el diestro durará de 63-66 días, y en el caso de la pseudogestación, de 40-50 días.
Comportamiento: es un periodo de inactividad reproductiva.
E) Anestro:
Es el periodo sin conducta reproductora, ni actividad ovárica. Hablaríamos de anestro estacional, cuando el anestro ocurre por el acortamiento del fotoperíodo, y de anestro lactacional, si coincide con el periodo de lactación y destete de las crías. El primer celo posterior a la lactancia y destete ocurre a las 2-8 semanas con un promedio de 4 semanas.
Comportamiento: En este periodo no se muestra conducta ni actividad sexual. El comportamiento durante esta fase sería igual al de una gata esterilizada (ovariohisterectomizada).
* Se considera a la gata como una hembra de ovulación inducida (refleja), en la que es necesario una estimulación previa para que se produzca la ovulación. En la mayoría de los casos, esta estimulación se produce tras la monta natural por parte del macho o la manipulación vaginal. Si bien es esto lo que sucede normalmente, en ocasiones puede ocurrir una ovulación espontánea sin contacto previo con el macho. Acariciar la zona lumbar o base de la cola puede ser un estímulo suficiente para producir la ovulación en algunas gatas.
REFERENCIAS
D Martí Angulo. ‘Reproducción y Neonatología Canina y Felina‘. Manuales Clínicos Por Especialidades. Servet. 2011.
MV Root Kustritz. ‘Manual de Reproducción Del Perro y Del Gato’. Multimédica Ediciones Veterinarias. 2003.
GM Simpson, GCW England, MJ Harvey. ‘Manual de Reproducción y Neonatología en Pequeños Animales‘. Colección British Small Animal Veterinary Association (BSAVA). 2000.
EC Feldman, RW Nelson. ‘Endocrinología y Reproducción en Perros y Gatos‘. McGraw-Hill Interamericana. 1996.
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