El gato sénior: cambios asociados al envejecimiento

Las enfermedades crónicas que muchos gatos de edad avanzada padecen, requieren de revisiones periódicas por parte del veterinario y la estrecha colaboración del propietario

La esperanza de vida del gato doméstico en los países occidentales ha aumentado de manera exponencial en los últimos años, llegando a los 12 y 15 años. Este aumento en la longevidad se refleja en la clínica veterinaria, donde el número de gatos geriátricos va en aumento. Esto se debe en gran medida al cuidado veterinario con la prevención y tratamiento de las enfermedades (planes vacunales, nuevos fármacos para felinos) o la mejora de la nutrición, y la preocupación e implicación cada vez mayor de los propietarios.
Otro reflejo de esta realidad, es la aparición en el mercado de nuevos productos enfocados a este segmento de la población felina. Desde piensos específicos para este grupo de edad, hasta nuevos medicamentos para tratar dolencias crónicas.
Este cambio en el perfil del gato que llega a consulta, supone un nuevo desafío tanto para los veterinarios como para los propietarios. Por un lado, el clínico acostumbrado a diagnosticar y curar enfermedades agudas, se encuentra cada vez más con un tipo de paciente pluripatológico con diversas enfermedades crónicas. Esto conlleva un cambio de enfoque, pasando del curar o sanar enfermedades, a ralentizar las enfermedades ya establecidas, mitigar los síntomas y controlar el dolor. A día de hoy, el gato geriátrico, al necesitar más cuidados veterinarios, representa un porcentaje bastante elevado de las consultas atendidas en la clínica.

Por otro lado, el propietario se encuentra con una mascota que necesita revisiones periódicas más frecuentes y un mayor gasto en revisiones y tratamientos. Igualmente en esta etapa de la vida del gato, la supervisión y control por parte del dueño cobra vital importancia.
¿Pero… cuando consideramos que un gato es mayor o geriátrico?
En primer lugar, debemos tener en cuenta, al igual que ocurre con otros animales, que no todos los gatos envejecen a la misma velocidad. La carga genética y los factores ambientales a los que está expuesto cada animal, pueden acentuar para bien o para mal estas diferencias. Por este motivo, se antoja difícil determinar una edad a partir de la cual, un animal se considera maduro, sénior o geriátrico. De manera general y a fines prácticos, se pueden clasificar a los gatos mayores en tres grupos:
  • Gato maduro o de mediana edad: de 7 a 10 años. Con una equivalencia en años humanos de 44-56 años.
  • Gato sénior: de 11 a 14 años. Con una equivalencia en años humanos de 60-72 años.
  • Gato geriátrico: superior a los 15 años. Con una equivalencia en años humanos superior a los 76 años.

 

Cambios normales asociados al envejecimiento del gato:

Antes de comenzar a describir los cambios que se producen en el gato a medida que envejece, describiremos brevemente lo que entendemos como envejecimiento. Cabe mencionar, que los procesos que rigen el envejecimiento se van descubriendo poco a poco, siendo todavía un campo por explorar. Prueba de ello, es la gran variedad de teorías que intentan explicar la fisiología del envejecimiento. Partiendo de la base de que el envejecimiento no es una enfermedad, podríamos decir que es un proceso universal (afecta a todos los seres vivos), progresivo y constante. La tasa de muerte celular va siendo mayor a la velocidad de replicación celular y esto produce una disminución de la función fisiológica.
En la siguiente imagen pueden verse los cambios más comunes que se producen en los gatos durante su envejecimiento.

gato anciano recomendaciones

¿Por qué son importantes la revisiones periódicas en el gato de edad avanzada?

El gato, además de cazador, también es presa, lo que le empuja a camuflar sus problemas físicos o signos de enfermedad. Esta característica, unida a que a esta edad las enfermedades aparecen con más frecuencia, añade más complejidad a la hora de detectar las enfermedades en estadios iniciales. Por este motivo se recomiendan revisiones cada seis meses, para poder diagnosticar enfermedades en sus inicios y no en fases más avanzadas.
En estas citas semestrales, tu veterinario realizará una revisión física completa. Con periodicidad anual también se podrá incluir un análisis de sangre. La exploración física dará información del estado del pelaje, tono muscular y articulaciones, estado de los ojos, oídos y boca, peso y condición corporal, corazón, pulmones y abdomen. Un análisis de sangre, permitirá comprobar la función de diferentes órganos (función hepática, función renal, tiroidea…). Con la analítica de control, además de detectar enfermedades en sus comienzos, se obtienen unos resultados de referencia y monitorización para la evolución de las enfermedades ya establecidas. Igualmente se aprovechará para revisar el estado vacunal y recordar la importancia de la prevención de enfermedades parasitarias.

Cambios en el comportamiento del gato que pueden estar asociados a enfermedad

Aunque las revisiones periódicas, son una manera de monitorizar su salud, la ayuda del propietario es vital para mantener y ofrecerle una buena calidad de vida. Las enfermedades o trastornos que con mayor frecuencia aparecen a partir de esta edad son: la insuficiencia renal crónica, diabetes, hipertiroidismo, hipertensión, enfermedad inflamatoria intestinal, artritis, cáncer y problemas conductuales. Como mencionamos anteriormente, dada su naturaleza, muchos de los síntomas y signos de enfermedad en este animal no son tan evidentes como en otras especies.
Por este motivo, el dueño tiene que estar atento a los cambios en la conducta de su animal. Siendo cierto que no todos los cambios de conducta o comportamiento en el gato adulto se deban a una enfermedad, en numerosas ocasiones, el único indicador de que algo no va bien en su salud, es un cambio comportamental. Es importante consultar estos cambios comportamentales con tu veterinario, para determinar si se trata de cambios asociados a un envejecimiento normal o a una enfermedad.
gato bebe mucha agua
Un aumento del consumo de agua en un gato sénior pueden ser un sintoma de enfermedad
Los cambios comportamentales detectados por el dueño, motivo de consulta, están relacionados con alguno de estos ámbitos:
  • Alimentación: Cambios en los hábitos de alimentación, un aumento o disminución del peso corporal, mal aliento y signos de dolor al intentar alimentarse.
  • Hidratación: Aumento en la cantidad de agua ingerida.
  • Movilidad: Dificultad para acceder a su caja de arena. Disminución de la movilidad y el desplazamiento a zonas de descanso que utilizaba anteriormente.
  • Acicalamiento: disminuye el aseo y el acicalamiento. Presenta un pelo más enmarañado y apelmazado.
  • Eliminación: micción y/o defecación fuera de la bandeja de arena o en lugares inapropiados. Cambios en las características de las heces.
  • Comportamiento: Aumento de los maullidos, en especial por la noche. Cambio del patrón del sueño, duermen más horas y caminan más durante la noche. Cambios en la interacción con personas de su entorno u otras mascotas del hogar.
Como podemos ver, mediante la prevención, la detección temprana de enfermedades por parte del veterinario y la colaboración del propietario, podemos ofrecer una mayor calidad de vida a nuestros gatos de mayor edad.

Si necesitas conocer el estado de salud de tu mascota y recibir más información sobre su cuidado, no dudes en pedir cita con tu veterinario de referencia. Si todavía no tienes un veterinario, localiza con ayuda de nuestro buscador www.vetranking.com al veterinario más cercano.


Referencias

F Vallejo, ‘Puntos clave en geriatría felina. Servet, 2014.

S Cervantes, ‘Manual de geriatría canina y felina. Servet, 2012.

D Hoskins, ‘Geriatría y gerontología del perro y el gato’, 2ª ed. Inter-Médica, 2004.

 

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