Estrés crónico y su efecto en los animales de compañía

El estrés crónico o incontrolable puede tener una multitud de consecuencias negativas para el animal.

A medida que se profundiza y avanza en el conocimiento del comportamiento de los animales de compañía, se hace más evidente cómo un estrés prolongado puede ser perjudicial para nuestras mascotas. Los efectos negativos de dicha situación, no solo se ven reflejados en problemas de conducta sino también en problemas médicos.

¿Pero qué es realmente el estrés?

Habitualmente usamos el término de estrés para referirnos a las consecuencias negativas que tiene sobre la conducta, salud y bienestar. Pero no debemos olvidar que la respuesta al estrés, es un mecanismo esencial para la supervivencia de las especies. En este sentido,  podríamos definir como estresante a aquella situación que ya sea de manera “puntual” o “sostenida en el tiempo” (exposición crónica), produce una respuesta al estrés en los animales.

¿Qué sucede en el organismo de los animales cuando se inicia la respuesta al estrés?

Cuando una animal es expuesto a un agente estresante, se produce una reacción o respuesta no específica que implica a los sistemas nervioso, endocrino e inmunitario. Dicha respuesta, aumenta la habilidad que tiene el animal para hacer frente al evento estresante. El cuerpo se prepara para la “actividad”, ya sea la defensa o la huida.  A nivel fisiológico se producen diferentes modificaciones, como el aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardiaca. También se producen cambios en la motricidad del estómago e intestino, aumento de los niveles de glucosa en sangre, secreción de neurohormonas y cambios en el sistema inmunitario.

la agresividad es una forma expresar estrés
La agresividad es una forma de expresar estrés en perros

¿Cuándo se convierte en perjudicial la respuesta al estrés?

Como habíamos comentado, desde un punto de vista evolutivo la respuesta al estrés ante un estresante “puntual o agudo”, es positiva para los animales ya que favorece su supervivencia y adaptación a los cambios. Pero cuando una vez iniciada la respuesta al estrés, el animal no es capaz de controlar o escapar del agente estresante y este se perpetúa en el tiempo (se cronifica), comienzan los efectos perjudiciales en el organismo. Aquellos cambios fisiológicos que preparaban al animal para la actividad, mantenidos de manera continuada producen cambios patológicos a todos los niveles.

gatito con miedo y estrés
El dolor, cuando se cronifica, es una fuente de estrés

Consecuencias del estrés crónico o prolongado en las mascotas

El estrés crónico o incontrolable puede tener una multitud de consecuencias negativas para el animal. Si bien, la externalización de estos problemas difiere en cada individuo y puede decirse que cada animal personaliza su estrés, existen una serie de cambios generales que se dan en mayor o menor medida:

  • A nivel fisiológico, se produce una inmunosupresión que propicia la aparición de infecciones recurrentes o recidivantes, tumores, trastornos autoinmunes…

  • Problemas psicológicos como conductas compulsivas, estereotipias (comportamientos repetitivos sin un fin concreto) y actividades de desplazamiento.

  • Enfermedades psicosomáticas. A modo de ejemplo en el caso del gato nos podríamos encontrar cistitis idiopática, alopecia psicógena, colitis y diarreas crónicas.

    ¿Cómo prevenir la aparición del estrés crónico y sus efectos?

La gestión de los agentes estresantes es fundamental. Se debe comenzar a edades tempranas con la socialización de los cachorros. De este modo, se establecen asociaciones positivas con estímulos que pueden encontrar en el futuro (ruidos, otros animales…), y se evitan asociaciones negativas, de difícil manejo.

etapa de socialización es clave para reducir el estrés futuro
La etapa de socialización es clave para la gestión de los estímulos estresantes

Igual de importante es el conocimiento por parte de los propietarios de las necesidades específicas de cada especie para garantizar que cada animal desarrolle aquellas conductas que le son propias. Por otro lado, saber distinguir conductas normales como respuesta ante la exposición de un estresante, de conductas anormales. En el caso de que esto último ocurra, deben acudir al veterinario para que evalúe y establezca la opción terapéutica adecuada.

REFERENCIAS:

Todo sobre la psicología del gato. Joël Dehasse. 2008

R Casey. ‘Miedo y estrés’. Cap. 15, Manual de comportamiento animal en pequeños animales. Ed: Debra Horwitz, Daniel Mitts, Sara Heath. Colección British Small Animal Veterinary Association. 2005